Caminitos del monte


Los caminitos del monte de mi pueblo son arenosos blancos, bordeados de pasto verde cortito en sus costados, cortados esmeradamente por las lecheras de mamá y mi petiso alazán, encargados de mantenerlos rebajados y cortitos en todas las temporadas del año.

Estos caminitos se encuentran iguales, tanto en primavera como en  invierno, adornados con florecitas amarillas y rojas diminutas y otros colores, coronadas sus peciolos con  puntitas amarillas, blancas y rojas como diminutas antenitas que atraen a grandes cantidades de mamanga, mariposas, picaflor de diversos colores llamativos.  

Las flores trinidad y zahira diminutas y blancas, siempre renovadas y de un perfume tan sutil que se necesita ser abeja para percibir el delicado perfume y el delicioso néctar de sus flores 

En cada flor una mariposa de colores tan hermosas que llegan a competir en belleza con la misma flor y cuando llega una abeja a libar su néctar, ella sin prisa se traslada a otra flor, continuando así su delicada contribución de fecundar y alimentar su cortita vida terrenal.              

     Otras de color lila, llegan a cubrir todo el suelo y al agacharnos a ras del suelo, vemos cubierto el piso solamente del color lila, tapando  el  verdor del pasto.
    
     Algunas tienen forma de estrella de tres puntas, con una coronita en relieve en el centro, tres peciolos blancos con pintitas amarrillas. Otras blancas, en el medio un botón color lila, rodeado de pétalos blancos, con cuatro puntitos amarillos, la flor tiene en total cuatro pétalos blancos en cada camada, los que superpuestos suman 12 pétalos.
 
     Otras color lila con tres pétalos largos, al principio de la flor se encuentra adornada con colores blancos y puntitos lilas; tres pétalos terminados en punta color lila más fuerte, con diminutos puntitos salpicados amarillos y lilas, tres peciolos de color amarillo que sobresalen de la flor formando antenitas, en sus puntas con puntitos de color blanco.

Flores de color lila de seis pétalos, interior amarillo, con bordes lila más intenso que los pétalos, con peciolos amarillos escondidos dentro de la flor.

      Actualmente estas pequeñas florecitas todavía existen a pesar del progreso de la ciudad que empuja cada vez más lejos o desaparecen para siempre estos bellos elementos que Dios con su infinita bondad nos sigue dando para nuestro regocijo.

     Estos caminitos van cambiando de forma y color de acuerdo al lugar donde se encuentran y van reflejando y cambiando de matices con otros colores de acuerdo a las estaciones del año, a la posición del sol, que a la mañana refleja un color, a la media mañana otro matiz, a la tarde otro color y así llega la tarde con distintos colores  como la paleta de un pintor.

Es así que a la mañana tienen un color más fuerte y se encuentran bien  erguidas como si la noche les otorgó descanso y vigor, vitaminandose con las gotitas diamantinas de rocío haciéndolas levantar con más energía para sobrellevar la fatigosa tarea del largo día para mostrar su belleza a pesar del sol y fuertes vientos que las pueden marchitar.  


Características de los caminitos del monte

      A Papá le encanta el monte y sus caminitos y cuando tenía ganas nos obsequiaba con algunos de sus tantos versos que solía interpretar con alegres tonadas.

Algunas veces nos preguntaba si observamos en alguna oportunidad ver caer el roció y entonces improvisaba poesías: 

     El rocío se presta caer  
     Protegiendo la bella flor
     y buscando retener para ella
     los cálidos rayos del sol
     antes que la noche cubra
     con su oscura túnica fría  
     los delicados matices coloridos
     que ella se dedicó con esmero
     a tejer sus preciados reflejos

    se presta dormir ya protegida  
    mientras que el firmamento
    se tiñe de púrpura incandescente 
    presta a dejar sus últimos reflejos
    enamorando más aun a su bella flor
    y ella pacientemente esperará
    el retorno de su amado protector  
   
    Esa noche las bellas flores
    Mirarán anhelantes allá en lo alto
    Los lejanos puntitos titilantes
    Que con su brillo melancólico
    como lánguidas remotas lucernas
    Intentarán reemplazar las largas noches
     al querido, amado y diurno protector 

     Cuando surja de nuevo el astro rey
     la bella flor presurosa y agradecida
     le brindará a su eterno enamorado
     lo mejor de sus coloridos destellos
    

     Los destellantes y fulgentes rayos 
     alegra e ilumina el campo, el arroyo
     y exalta la arena blanca del camino
     formando armónica conjunción
     con la bella y delicada flor  
     que extasiada devuelve a su amado
     la delicada gota del rocío amanecido
     agradeciendo su delicada protección
     mostrarse a su amor al siguiente día   
     subyugado por tan bella creación
     
Estos caminitos de arena blanca, se ven adornadas por una variedad infinita de armoniosos y agradables cantos y trinos de vistosos pájaros, que también inundan y embellecen con sus  colores que embellecen aun más los blancos arenales de los caminitos.

Allí se encuentran desde el orgulloso carpintero, el vanidoso zorzal, el coqueto federal, el altanero pitogue, el modesto caballerito que acostumbra jinetear al petiso alazán, a las vacas para aliviarlos de alguna garrapata. Por ahí surge la calandria entonando bellas entonaciones.

Las vacas de mamá y el petiso, comen todo a su paso, no perdonan desde las más bellas flores, hierbas, pasto verde y tierno ni yuyos con tal que sean sanos, ellas no conocen de la belleza ni nada por el estilo, pero saben distinguir las que no les conviene como las venenosas, las conocen y ni las miran siquiera, hay yuyos dañinos como el catay, los indios le llaman revienta caballo.

Pero es una planta muy beneficiosa para la persona, puede curar enfermedades internas, para eso se debe hacer infusiones o te y beber,  sirve para curar o detener llagas internas, pólipos, ulceras y bebiendo como agua fresca hasta el cáncer.

      A medida que vamos entrando al pajal las flores van cambiando sus formas, van perdiendo sus hermosos colores y se tornan más pálidas, los palitos tan delicados que las sostienen, quedan largas y débiles,  y los caminitos se convierten en senderos con huellas con agua hechas por las pesuñas de vacas que siempre caminan por el mismo lugar.

     El pajal es barroso y los animales en su diario caminar van formando una especie de túneles vegetales como la paja brava, muy altos, que al caminante distraído les puede provocar cortaduras muy dolorosas.
   
     Estas bóvedas normalmente nos tapa con petiso y todo. El pajal siempre está con agua que proviene de las crecidas del arroyo o de manantiales que hay en abundancia en las zona bajas del lugar. 
    
     También hay cambio de pájaros de otras especies diferentes a los del barrial, aquí pueden aparecer los músicos, pajaritos de color marrón oscuro en todo su cuerpito, menos en el pecho que tienen un color casi rojo oscuro, acostumbran prenderse de las pajas, se los llama así porque aparte de imitar a todos los pájaros con su trino, tienen su propio canto que deleita al que escucha; hay tordos de color negro intenso brillante, todo negro, las patas el pico, alas todo. La hembra pone sus huevos en nidos ajenos, así que sorpresa cuando de una paloma le surgen polluelos negros, estos virabostas, así llamados porque acostumbran escarbar en el estiércol de los caballos, tienen un gorjeo un poco gutural, que es preferible no escuchar, pero son vistosos y alegres, siempre  andan en resonantes bandadas.

     El federal, un cantor de gran estilo, todo negro con pecho y cabeza colorada, es un poco más grande que el resto de los pájaros, anidan en las puntas de las pajas, o en arbolitos muy flexibles que con cualquier viento las ramitas se zarandean de lo lindo, este ave esta casi en extinción.
 
     Después tenemos el pacahá, la llamamos la gallina del monte o pajonal, es muy vistosa, elegante al caminar, colita larga levantada, pico agudo largo, de mirada y caminar vivaracha, al parecer muy nerviosa, color marrón claro con pintas más oscuras; canta a la mañana al clarear el día y a la tardecita cuando el sol va entrando, entonces se escucha de lejos pacahá, pacahá, que dura hasta el oscurecer.

Tienen una carne muy rica, pobrecitas, porque ellas también son muy perseguidas, pero son muy rápidas y desconfiadas y ante el menor ruido se meten corriendo al pajal y ahí sí que no la van a encontrar tan fácilmente.      

     Muy elegante es el tuyuyú, Juan grande o cigüeña, siempre parado a veces en una pata cuando no se encuentra procurando algo de comer,   en el pajal siempre hay algo, desde una ranita hasta algunas que otras mojarritas o alevinos, ellos prueban de todo, y cuando levantan vuelo parecen aviones que retrotraen sus patas para que su cuerpo ofrezca menos resistencia al aire.

     Lo lindo es ver al petiso con un caballerito subido en su lomo redondo, allí está este lindo pajarito con el pecho totalmente amarillo, y el resto color marrón tirando a amarillo, no se haciendo ya que en su gran lomo no había ni por casualidad insecto alguno o solamente por cabalgar un poco en tan mullido lugar

     Mientras el chiquito come, el caballerito de pecho amarillo y andar de la realeza, camina tranquilo por todo su lomo regordete, buscando algún parásito que pueda tener el caballo. A veces hay una bandada de caballeritos, siempre me pareció que no simplemente lo hacía para comer, sino les encanta andar sobre los animales, también andan sobre las vacas, pero prefieren los equinos, no sé porque, incluso se bajan y andan entre las patas y cerca del hocico, no tienen el menor miedo

Seguía papá:

     Viste el rocío caer ?  
     cubriendo de diamantes la flor,
     las hojas y la planta toda
     y en la mañana siguiente
     busca retener lo imposible 
     sabiendo que el astro rey
     formando arco iris viene en busca
     de sus preciadas joyas
     escapadas a la noche
    
     Cuando la noche viene tapando
     Los destellos de arco iris  
     la flor seducida de tanto encanto
     agradece  bendecido aún de recibir
     bendición de merecida
     exhala un susurro agradecida
     y espera la vuelta de su protector

     Mientras que el firmamento
     se cubre de bandadas voladoras
     buscado ansiosas sus nidos
     antes que lo oscuro las absorba
     en su negro manto infinito     

     Esa noche el eterno sol descansará  
     y las lindas florecitas absorberán
     la luz de las titilantes estrellas
     que alumbrarán también para ellas
     y las protegerán con mantos de ternura
    
     Que alegría se escucha en la campiña
     cuando surge el majestuoso astro, 
     la bella flor se cubre de destellos,
     volcando al aire su aroma perfumado
     embriagando a los  que merodean
     campos, arroyos,  pajonal, arenosos
     caminitos, cubriéndose de diminutos 
     piececitos de los pomberitos, huellitas
     de pájaros, y rastros de lagartijas     

     Viste el rocío caer ?  
     cubriendo de perlas la flor
     las hojas y la planta toda
     en procura de detener entre el verde
     los últimos rayos de sol
     que la noche viene cubriendo
     el delicado arco iris de colores
     que aún refleja las preciadas luces 
     mientras que el firmamento
     se tiñe de rojo púrpura
     en un melancólico afán protector 
     por la creación del día que se apaga
      
     Esa noche como tantas otras, el eterno
     descansará su diurno peregrinar, 
     las florecitas anhelantes absorberán
     las lejanas luces de titilantes brillar 
     en un manto de caridad protegerán 
     con destellos sus delicadas nereidas   
    
     Cuando el sol vuelve nace la vida
     su eterno en su amanecer 
     la bella flor con vigor se yergue 
     con destellos festeja su renacer

    dando vida con alegres colores
    al campo, al arroyo, a los caminitos
     del monte bordeados de verdor
     enmarcando su clara y blanca arena

     En esa conjunción, la delicada flor                               
     Recibe y absorbe con gracia los rayos
     De vida deseando atraparlos eternamente 
     el regalo de luces que el cielo otorga
     con la cristalina gota de ensoñación
    
     Esta quietud nos transporta a una
     bella éxtasis beneficiándonos con una 
     verdadera paz, sosiego, y una
     gran serenidad que nos transporta
     y nos deja junto al reino de Dios. 
   
     También vi el trébol florecer
     perlado de gotas cristalinas,
     que la aurora del amanecer
     le sorprende aun adormecido
     y resplandecer en cada gota,
     mil reflejos de intensos colores 
     para encantar y embellecer  
     el nacimiento de un nuevo día

     Y cuando la negra noche que está 
     perfilando su quieto manto
     provoque el miedo de la oscuridad
     el rocío se interpondrá en  
     procura de proteger la luminosidad
     que aún refleja el eterno sol
     provoca en el ánimo de juventud 
     el rocío al tocar la piel
     nos transporta por senderos
     extasiados de infinita felicidad
     que nos hostiga a querer vivir  
     con más ansias y deseos de amar
     al mundo, a las cosas y a todos
     la felicidad dar

     En esa armonía, la delicada flor  
     percibe y absorbe queriendo eternizar
     el regalo que del cielo recibe
     la cristalina gota de ensoñación

     Que alegría, que gozosa sensación
     de la tímida flor al recibir la caricia
     embelesada de esta percepción
     quiere por siempre agradecer
     el delicado gesto al Hacedor
     con finísima suavidad quiere alagar
     que brinda todo en cada declinación
     volcando a la brisa su mejor aroma
     para deleite del bello atardecer
    
     Con finísima suavidad la flor
     Devuelve su perfume al atardecer
     Al campo pintado de verde jirones
    de refulgentes dorados del sol
   
     Mientras el paisaje se viste de fiesta 
     con pinceladas de diáfana fragancia
     el chorlito bramando en rugiente picada
     bombardea rozando el pajonal,
     rompiendo la tarde silenciosa con
     revotes ecos de alegría en la ribera
     del frondoso monte del Yatay
     y al crespúsculo que ya acecha 
    
     Con tanta gracia, belleza, color
     volcado al sutil caminito de arena
     va borrando alfombras de oro, verde y aroma
     que con amor los días va formando.

     los andantes de la noche van despertando 
     junto a los duendecitos que descalzos
     caminan, saltan, sueñan, retozan, bailan 
     mostrando sus alegría, agradecen
     la magia derramada por la luna andante
     formando noches serenas
     que el Eterno Hacedor vuelca  
     con bondad infinita de eterna echura
     a ellos vigilantes de sus creaciones

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